lunes, 14 de marzo de 2011

Hola! ¿Te presto mis memorias?

Virulí, 14 de febrero de 2011

Hola! Como va todo?


Pensar en la cantidad y calidad de recuerdos que me llevaré de este pueblecito me hacen querer escribirte esta carta
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Mi historia comenzó en diciembre, no creo en la casualidad pero no veo un qué o un quién que haga las cosas, yo estaba asignado al campamento ''Cabritos'' un grupo que quedaba en un área bien pero bien metida a la montaña! Pero, como sabes, sufrí un accidente en el colegio el año pasado y tuve que ser operado y todo eso no? Bueno, resulta que mis terapias de recuperación chocaban con la fecha de partida del Servicio Social Javeriano, y bueno, sabiendo esto con 2 semanas de anticipación a la salida de los grupos, le notifiqué de mi problema a la profesora Rovira, y ese mismo día decidió cambiarme a un grupo más cercano a la carretera en caso de algún accidente que sufriese con mi rodilla no? Y pues, resulta que me envió a Virulí, el Campamento #7 de este SSJ, catalogado por muchos estudiantes como uno de los ''resorts'' del SSJ, con baño innodoro, baños y bastante cómodo el vivir allá.
Ahora que me voy, pienso en el cada una de las cosas que dejé de hacer por estar acá, muy bien pude irme de viaje, quien sabe no? Pero además pienso en las cosas que empecé a hacer por acá, no recuerdo en mis 16 años de vida jugar tanto al dominó, anécdota muy graciosas, todas las noches jugamos partidas de horas y horas de dominó, pero sé que cuando volvamos a casa ni siquiera volveré a tocar una doble sena o una quina, haha, no pensaba que sería tan divertido el hacer eso.
Pero ésta sólo es una pequeña parte de mi ''vida'' en Virulí
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Llegué prácticamente en la segunda semana, bueno, el viernes de la primera, y empecé con mi faena si se le puede llamar así. Cuando me informaron de la obligación de ir a alguna comunidad en el interior del país un verano para ayudar y construir algo, lo único que realmente lamenté fue el perder las vacaciones cuando se me informó de ese famoso ''Servicio Social Javeriano'' cuando ingresé al colegio en el 2009, y volviendo a la realidad, como te decía, estaba preparado para mi faena en esas tres semanas que estaría allá.
De antemano me había preparado para lo que sería estar el mes en Virulí, o donde fuera que me tocara, antes de mi lesión en la rodilla tenía el ánimo de ser constructor y aportar algo a la construcción de la capilla, sin embargo, por mi problema tuve que limitarme a ser maestro y ayudar periódicamente a la construcción de nuestra capilla.
Se me ha hecho imposible el resitirme a los desórdenes nocturnos, es inevitable! Los relajos de la juventud son momentos que quizá nunca vuelven, eso me lo dijo una amiga acá cuando hicimos una travesura con la pintura de la capilla, hahaha, larga historia. El despertarse a las seis de la mañana con la pereza más grande del mundo luego de quedarse hasta casi las doce de la medianoche haciendo relajos y gritando atorrancias era algo tan ''hermoso'', quizá sea un genio maligno, pero es divertido! Despertarse a las cuatro de la ñana a bañarte era una cosa de locos, por lo menos los que hacemos esto somos catalogados como tales. Es también divertido llegar a la hora del desayuno y vez que dos personas están casi llorando porque van a comer crema, algo que jamás en su vida habían probado, haha, no me canso de decirlo, grandes recuerdos!
Ah! ¿Cómo olvidarme de ir a la capilla? El mejor momento del día, ''trabajar'' 8 horas, cuando de esas ocho horas estás 4, 5 sentado en la tiendita que queda al lado de la capilla comprando sodas para hidratarte cuando no has trabajado absolutamente nada en todo el día, pero claro, no nos la pasábamos haciendo eso claro! Lo mejor de todo era cuando trabajábamos! Se siente la disposición de trabajar por un bien común, y los domingo las birreas de fútbol, eran lo máximo, como no podía jugar hacía el papel de Técnico del campamento, gracias a eso es que proviene mi apodo de Servicio Social: El Mou, hahaha como casi todos los de mi campamento son madridistas decidieron ponerme así por Mourinho, el técnico del Real, también recordar las idas al río, lamento no haberme podido lanzarme de los árboles donde se hacían clavados, pero bueno, mi salud es primero.
Mis profesores han sido lo máximo, nos acompañaron las primeras 2 semanas el profesor de Geometría y la que nos dará este año biología, las dos últimas semanas nos acompaña Adriano, el profe de Educación Física y por todo el mes se ha quedado una maestra de Pre-Kinder que se irá sin ganas de volver a SSJ, de ellos no tengo quejas, han tenido un trabajo bastante difícil en estos días gracias a alguna que otra diferencia, problemas dentro de las reflexiones, pero nada que no se pueda arreglar...
Me he hecho el loco y me voy a la construcción a pesar de que el doctor me sugirió que no lo hiciera, pero bueno, estoy ayudando mucho y me acerco a la comunidad, que eso es lo que quiero.
De mis relaciones acá no te comento mucho, haría un libro si te contara lo hermoso que ha sido el conocer a tanta gente bondadosa! No te imaginas lo hermoso que es ver cómo la gente se te acerca dispuesta a ayudar, totalmente maravilloso, sientes que eres alguien a quien aman o admiran y eso, me hace sentir un poco mal, porque llegamos ahí como requisito para seguir en el colegio, y nos miran como una bedinción de Dios.
Algo que debo destacar y mucho es que he sentido esto como más que un retiro espiritual, lo veo como una dieta mental o espiritual, pensé que no sobreviviría ni 3 días sin estar jugando con el Playstation, o sin ver fútbol, pero no me he quejado! Y se siente tan bien el no escuchar pitos de autos, ni insultos que escuchas en los tranques, siento una paz interna enorme
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La experiencia en mi corta vida me ha hecho ver que las piedras con las que tropieces o las monedas que puedas recoger durante el camino, harán un importante cambio en tí.
Creo que en mi Servicio Social Javeriano recogí más monedas que tropezarme con piedras en las tres semanas de estadía, y como podrás suponer cuando digo monedas me refiero a tesoros que realmente son de valorar, que tesoros me encontré por acá, el abrir mi mente a la problemática que sufren muchos por acá, pero, por otra parte, ver que a pesar de tanta carencia que tienen, la gente es muy feliz, o por lo menos lo aparentaban, aunque no creo, sus miradas dicen todo, me llena de mucha alegría el ver que muchachos y muchachas de ciudad podemos hacer algo más que quejarnos ante todo lo que nos apetece, pedimos, pedimos y pedimos a quien nos mantiene y no damos nada a cambio, y más que una reflexión hecha por mí acá, veo que es como un halón de orejas que me hace la vida, es como si me dijera: ''Mira! Crees que soy injusta con estas personas y viven mejor que tú?''

Ante esto, si no pude llegar a dar el 100% de mí en la construcción, por lo menos me iré sabiendo que aprendí, así es, aprendí mucho, lo primero que ví fue que las personas que viven por acá merecen lo que sueñan, lo dije en una reflexión, pero es cierto, muchos aquí viven en casas de barro, pero no los verás, me atrevo a decirlo, no los verás NUNCA sin una sonrisa en el rostro, han entendido el hecho de que vivir por ese tipo de área anuentes de que en otros lados la gente vive con mejores comodidades no les impide vivir, vivir como se debe, feliz, con la frente en alto, siempre dispuestos a ofrecer una mano a quien la necesite y, a diferencia de nosotros, lo que ellos quieran realmente se lo merecen.

Ya es 14, la hora de partir, quizá te dé esta carta al regresar a Panamá, la escribí desde acá para no perder la inspiración, a lo mejor no la perderé, pero quería estar seguro, regreso a ''casa'' con la frente en alto, logré aportar mi fuerza y empeño para terminar la capilla, también llegaré con nuevas amistades a Panamá, no sólo de Virulí, he aprendido a valorar a cada persona que ha conmigo estas tres semanas y puedo decirte cómo es cada uno, pero lo más importante es que me voy sabiendo que a horas de mi casa, tengo un segundo hogar con una familia bastante grande que siempre me estará esperando con los brazos abiertos a mi posible regreso, ah, memorables vacaciones he tenido, entre las mejores de mi vida
...
Nos vemos en casa
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Un Abrazo,

Leonardo Quintón

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